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domingo, 6 de julio de 2014

EL VACÍO CREADOR

Cuando miro a mi alrededor y veo toda la creación desplegarse ante mis ojos no puedo evitar reflexionar sobre el origen de todo lo que veo. Y en mi mente se forma la idea de un origen común para todos los fenómenos visibles e invisibles; pasados, presentes y futuros. Una causa primera, causa sin causa, fuente de la cual todo surgió. Una única substancia que contiene en su seno potencialmente todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que será. Pura nada antes de que la potencialidad infinita se convirtiera en acto. Vacío Creador, Conciencia de si misma sin forma ni tiempo. Brahma en una de sus noches, replegado sobre si mismo en uno de sus periodos de descanso.

Imagino el Vacío Creador como pura Conciencia, pura Potencialidad. Pura Nada. Y de repente un sonido rompe el silencio de la noche. Y del sonido, como de un punto luminoso en medio de la oscuridad  surge la vibración. Y de esta vibración surge el movimiento. Y del movimiento el Espacio y el Tiempo. Y del  Espacio y el Tiempo, la Energía y la Materia.

Y aparecen formas en espiral danzando en el espacio cósmico. Y surgen los átomos, las moléculas, los planetas y las galaxias. Y surge la vida y los seres vivientes visibles e invisibles. Y surge la vida autoconsciente llamada Ser Humano.

Y presupongo que si el Vacio Creador  que dio nacimiento a todo lo que es, sigue manifestándose ante mis ojos a cada momento es porque aun sigue activo a cada momento. Sigue pasando de la potencia al acto continuamente. Y si la vida surge continuamente, su origen esta en el núcleo de si misma, es su propia esencia. El Vacío Creador, la potencialidad, la conciencia, es el núcleo y el Ser de todo lo creado. Y si forma parte de todo lo creado también forma parte de los seres humanos. Por lo tanto el Ser universal, causa del universo y  de toda la creación  esta en el núcleo, es la esencia de todos  los seres humanos.


Si al Vacío Creador, que es la raíz oculta del universo puedo llamarle Kaos, a la parte del Vacío Creador que forma el núcleo secreto de todo hombre y de toda mujer le llamo Kia.